viernes, julio 07, 2006

TANGO y la noche

Aun no recuerdo cuándo empezó la noche.
Puede que en la lesión de Abbondanzzieri,
en la trivia de arboles caminando por Cañada hasta "Argentum" o en la tirita azúl de las medias de Itala.
Se me ocurren preludios en el trinar delictivo de los tacos en la pista, en el incendio que evoca el bandoneon en "A Evaristo Carriego". Pero quizás esta memoria selectiva peque de arrogante y poco sensiblea los silencios en las miradas como para detenerse en el instante mas exquisito.
Para Cuando el duo de piano y guitarra acomodó su follaje
de escalas y notas, una marea traductora
puso movimiento y abrazos,
como si el canal originario de negras y corcheas manchadas en papel
creyeran en un Dios presente que va mas allà del marco satinado de las claves de SOL.
Por eso en las pausas nos mirabamos entre nosotros, como buscando alguna explicación a esta "elite" de emociones que hiceron imposible la memoria y la insistencia en un origen cierto de la noche.
Quizás ésta nunca empezó...o lo que es peor
La noche aun habite entre nosotros.

No hay comentarios.: