viernes, julio 21, 2006

TANGO y DESPUES.

Sin muchos estruendos,
me sabía en la pestaña, en el velo
y en la urbe satinada.
Yacía en las estridencias que acompañan
al silencio,
tras las miradas viví la sed.
Se acabaron las metáforas,
El pánico laico y la comisura infame.
La ermita sobre la que me arrodillo
en este momento azúl ...
Se viste de abrazo, grita falta envido!
y se mueve al 2x4.
Para cuando todo Dios prescinde del barro
Un Tango.


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